Mi alma es un buque trágico joyado de secretos,
Corsario ya deshecho que se hunde en el confín
Llevándose una carga de blancos esqueletos
Entre los áureos cofres de un antiguo botín.
Lunas maravillosas alumbran su deforme
velamen, con que juegan los vientos, al azar,
y va sobre las olas como la sombra enorme
de un gran pájaro herido que se arrastra en el mar.
No podrán abordarlo… Un círculo terrible
en torno suyo estrecha por siempre el imposible
y en las tinieblas se hunde su tétrica visión…
Y es fama que en las noches más azules y bellas,
han visto bajo el tenue fulgor de las estrellas
una espantosa imagen, de pie, junto al timón.