HERÁLDICA NATIVA

Me obsede la presencia de los antepasados

animada al conjuro de la reencarnación.

Para mi marcha eterna con rumbos ensoñados

llevo un cacique nómade dentro del corazón.

 

Mis toldos en la tierra solar están clavados.

Un gavilán oscuro campea en mi blasón.

Al través de mis versos rendidos o erizados

se asoma muchas veces la punta del rejón.

 

Magüer lo que sugieren mis pulcros ademanes,

mi sangre está mezclada con sangre de minuanes

y hay algo de charrúa fundido en mi metal.

 

Y en mi alma, lo mismo que en el denso boscaje,

su guarida de sombra tiene el jaguar salvaje

a la vera del árbol donde anida el zorzal.