TEXTO DEL SABADO

“¿Qué es el hombre? Aquél que tiene que atestiguar

lo que es”.

                    Heidegger

 

Cuando llegué en agosto

estaba puesto el sentido de todo lo real

sobre las cosas

entre los seres que a mi lado se amaban

sin que yo lo supiera. Definitivamente

los años fueron descubriendo

las reglas del juego.

Aquí

entre estos papeles

y las calles de todas las mañanas

libro batallas cruentas con los días

-a veces hasta por los cigarrillos-

duras derrotas o considerables alegrías

de un pájaro en el aire

o la hora de los besos

o la amistad de los hombres.

Mis agostos hicieron posible el entendimiento

ahora es la presencia y soy un diálogo

el proyecto que soy

la mismidad

la libertad, la historia

accedieron por primera y última vez

dos posibilidades:

dejar una carta explicando algunas situaciones

en las que por coherencia había dejado de creer

con todo lo real en viaje siempre

como una remisión al silencio absoluto. O elegir

seguir eligiendo

esto que hago

prometerme a los hombres

sobrecogido por todos sus dolores

en lo que estamos en juego

con la guardia estremecida.

Agosto me presta sus recuerdos

y en su nombre yo no bajo la guardia

no la bajo, no,

por humillación, por ganas de gritar

por necesidad de amar y amarnos.

Precipitado a las tinieblas o la luz

de acuerdo a las mezquinas, interminables deliberaciones

traspaso las peculiaridades de que me han provisto

y sigo tomando las cosas con las manos

ocupado, muchas veces

-para tranquilidad de ustedes-

en la más inofensivas de las ocupaciones.