Hoy tengo que aprobar estos gestos
arder por los temores semejantes. Golpear
otra vez por la olvidada melodía
por el hastío del andar andar
bebiendo mi vino intransigente
quemándole otro año a la esperanza. Sabiendo
hasta más no poder
que la pared es muda
que la cola del hambre sigue ancha
larga de gemidos
manchando como sangre
que no hay fuga para el grito de las vísceras
del niño o del abuelo que van a morir
coronados de imposibles
en pobres hospitales amarillos.
Hoy tengo que ratificar
que vivo todavía
en el tiempo sin piel de hacer y hacer.
Me levanto desde el agua de mis huesos
aquí estoy.