Algunos sabemos solamente
dónde no está
esa proposición del barco
y las exposiciones rurales
de todos los que pidieron
y recibieron plegaria.
Llegaron desde todas partes
desde el invierno y los trópicos
la burguesía compradora
viajó siempre
hacia nuestra ofrenda espectante
tantos hijos de almaceneros
ansiaron el viaje santificador
precipitados
hacia el mundo de los arquetipos.
También tuvieron sus autóctonas quijotadas
protagonizaron hijos, conmovidos
escribieron poemas
describieron vuelos
fuera de la sombra de sus causantes
sin olvidar que la obra
debe ser continuada
ese imprevisto lenguaje hecho
como para dar órdenes.
Ahora queremos
cambiar la vida
porque la amamos demasiado.
Ahora
a pesar de todo este azoramiento
dónde sólo duermen
los que fornican
la crónica de los boxeadores
donde uno que cae supone
otro que sube.
Pero no, ya no
nadie nos proponga
falsas alternativas
ni juegos subterráneos
no la vanidad individual
no el discurso ni la simulación
no otro mundo de mentiras
quizás la coherencia
sí la lucha
sí la revolución
sí
sí la verdad
partida como un pan
para todos.