Y con los párpados bajos
golpearemos con desesperación
puestos en el camino del peregrinaje
desplegaremos visiones
más extrañas que el dolor
o certezas
entre los ciegos
o las sábanas de la transpiración
circulando por las venas.
Reconoceremos como sea
después que tantas
tantas cosas
han pasado bajo nuestra impresión
unidos y dispersos
dispuestos a morir sobre nuestra tierra
aún por ese hombre que partió
solo hacia la tortura
albergando la vida.
Un poco de tiempo y veremos florecer
las ondulaciones del pueblo
precisamente allí
las obras del amor.
No nos demoremos
contemplando la piedra
alguna vez el viento
o alguien nos provoca.
Existen cosas viles
tantas
como casi todo lo que existe
tantas innominadas desgracias.
En tanto también, todo
todo
lo que no queremos consentir.
Oh Zandunga, la de mis amores
se nos impone por la violencia
su infame omnipresencia
más igualmente
todo no será sino el lado del torrente
para el supremo nacimiento.
Existe ya una evidencia argentina
tendida hacia el cumplimiento
de los peligros fraternos
los que sabremos conseguir
coronados o muertos en gloria
que despliegan el mismo viento
planificando, ya, sus frutos.