SON MEMORIAS

Sin estar lleno de méritos

ahora vuelvo

a estos lugares

en los que, quizá

habité poéticamente.

Alguien me silba

y pide la memoria

como si, acaso, fuera

el primer caído de bruces.

Tantas veces la claridad

                               excesiva

nos precipita a las tinieblas.

Igualmente recuerdo

que el mal

es una estocada

en la mitad de la vida.

Aquí yo tuve un cuerpo

uno

            que tenía

que estar en situación.

Como todo hombre

desplegué distancias

y en esas distancias

llevé mi andar.

Inexorablemente debí

asumir este cuerpo

localizado

                 y descripto.

Es así que, no sin cierta violencia

debí recomponerme.

Y entonces reclamé:

Yo soy el fundamento

de mi propio ser.

Pero no podía ocurrir

en un oscuro velo

que aquí mismo

recordara a mi madre?

A mi padre?

Mis hermanos, no?

Y a mi propia infancia?

La necesidad estaba presente

en este vivir de recuerdos

entre tantos intentos de amor

y tantos intentos errados

donde surcan

ríos y ríos de vidas.

Todo, sin embargo

me viene

desde estas heridas.

Y, créaseme, las quiero.

Porque, de otra forma

qué haría la tristeza?

Qué los forrajes de verde

sino desgarrar lamentos?

Por qué no las gracias

de la información devuelta?

 

Yo también

quise quemar todo

y arder,

            en los desquites posibles.

 

La Paz  (e/ríos ) – 1977