Tanta invitación
al dólar y a la libertad
opacan mis defensas.
Pero prefiero quedarme.
Realmente nunca pasó por mis manos
una máquina de calcular
y la libertad será un mal mantenimiento
si no la reconquisto con los otros.
Habrá tierras más altas que otra tierra
pero aquí pagué mis deudas
en lengua casi muda.
No quiero, entonces, llorar de otra cosa
y elijo quedarme.