LOS BUENOS TAMPOCO DESCANSAN

Dí que no se impacientan

ni envidian          

ni temen el camino

de los que hacen iniquidad.

No se cansan y los verán

antes del incendio.

Dí asimismo

que los malditos, impíos,

que apuntan la espada y la metralla

contra el pecho del pobre

se secarán y sin posteridad

se extinguirán.