Transformisiónes una obra en la que el autor muestra, a través de los diferentes escritos de la misma, las transformaciones espirituales por las que pasó a lo largo de una búsqueda y, se puede decir, a veces vuelve a pasar.
Dicha búsqueda procuró/procura encontrar el motivo de la existencia; ni más ni menos, más allá de conceptos racionales adquiridos a lo largo de la vida y comenzó cuando tenía muchas preguntas sin responder.
Esta búsqueda resultó despertar, entre otros dones que se encontraban dormidos, el arte de escribir sin premeditar las palabras sino dejando que el corazón hablase a través de letra sin pausa. Escritos de los cuales el autor se considera un simple canal, un mensajero de su propia alma.
Los escritos reflejan los estados por los cuales el autor pasó durante los procesos de cambio interno y desnudan su sentir en los momentos en que escribió; o, mejor dicho, en los que fue escrito.
Estos estados son definidos como la Nada, la Oscuridad y la Luz.
La Nada:cuando veía nada.
La Oscuridad:cuando los ojos de este mundo me fueron abiertos.
La Luz:cuando los ojos de la Vida me fueron abiertos.
El Camello, el León y el Niño es otra manera de ver estas transformaciones. Una mirada germánica que resumidamente habla del Camello, que cruza desiertos llevando cargas pesadas y con sed sin cuestionar, solamente obedeciendo y esperando llegar al oasis de tanto en tanto; cuando se cansa de esto se transforma en el León y se convierte en el rey de la selva habiendo descubierto su poder pero todos le temen y nadie se le acerca, por lo cual se siente solo y cansado porque en su rebelión consume sus energías; cuando siente que no es pleno así se convierte en el Niño, que vive libre de prejuicios, tiene su propia escala de valores, representa inocencia y habita la libertad y la espontaneidad del momento presente cuando juega al juego de la vida creando desde el sí, el sí a la vida misma y a todo lo que Es.
Y más que desnudar diferentes etapas internas, el fin de esta obra es intentar mostrar otro camino, el camino de la Verdad, en el cual las urgencias de este mundo no succionan la energía y la vitalidad de las personas sino que, por el contrario, las riegan a medida que se lo va transitando. Un camino más agradable de andar y con un sentido, con una Luz al final del mismo.
La obra comienza con críticas sociales y pesimismo genérico interna y externamente. Esta negatividad, reflejada en forma de poemas y cuentos cortos, surge al ver tanta incoherencia en el mundo y tanto egoísmo. Más allá de tantas otras cuestiones que cada uno pudo haber ido percibiendo a lo largo de su vida. En aquel entonces el autor consideraba que más allá de la carne no había nada y por ende no sólo que no le encontraba un sentido a la vida sino que al haberse negado a sí mismo había negado su Luz y veía oscuro. No podía ver la Luz dentro de la oscuridad, es decir, no podía ver con los ojos de su verdadera esencia, la cual considera a cada experiencia como tal y supera con fe y fortaleza cualquier prueba que proponga la vida, ya que las considera como posibilidades de maestría para evolucionar en el camino del Ser.
Precisamente, a raíz de que también hay cosas para celebrar en este mundo y en la Vida, el camino se bifurcó y encontró Luz, la Luz que guía y alegra los corazones de los que la reciben. La Luz que alumbra más allá de los límites de la razón y que cuando se la encuentra permanece como un faro a donde la deriva ya no es preocupación. La luz que alimenta al ser con energía de nada más necesitar y que bendice con la conciencia de permanecer en el momento presente y entregarle toda preocupación y miedo al pasado confiando en el futuro.
A modo de ensayos bíblicos ese camino se refleja en la Parte 1 del capítulo. La Parte 2 es una mirada más universal, es una subtransformación dentro de la transformación a la Luz.
No obstante, durante el período de oscuridad hubo destellos de Luz y durante el período de Luz hay destellos de sombra, esto es debido a que una no existe sin la otra.
También vale aclarar que en la oscuridad el autor además de haberse autodefinido como no creyente era gobernado en gran medida por el ego, el cual, cuando no está felizmente subordinado al espíritu, no hace más que temer, analizar, criticar y atacar; y en la Luz, clara y precisamente, reencontró la Fe que el Espíritu le dio. El Espíritu que no lucha sino que armonizó con su propia mente y quienes juntos procuran materializar la máxima expresión del ser, el Ser Superior. El Espíritu del Perdón y de la Comunión de todos con todos y con Todo.
El Espíritu que transformó mi vida y mi Ser y que me hizo ver que para cada uno hay una Misión, la cual acepto y por la cual me responsabilizo procurando así cambiar mi mundo para que el mundo cambie.
Sin más preámbulo comienza la obra, cuyo objetivo es aportar su granito de arena alumbrando al menos un corazón y que ese corazón alumbre a otros y así algún día poder alcanzar el objetivo colectivo de transformar la Tierra en el Paraíso.