PRIMER ACTO

 
Sentado el trío en la playa, uno de ellos decide jugarle una broma a la pareja que los avecinaba.
Se levanta y desconcierta hacia ellos.
Ella y él atónitamente desorbitados.
Se mueve generando uniformidad entre su locura y su silueta.
Hace el movimiento de un karateca poseído por el demonio del alcohol.
Su gesto facial transmite desamparo.  
Se acerca tanto que la pareja se nota desahuciada.
Cuando precisamente lo nota, se posa elegante y dice:
‘No se asusten. Esto es una broma. Adiós.’
Se vuelve hacia sus amigos.
La pareja suspira alivio oceánico. Deciden empacar y partir. Lo hacen.
Cuando ella recupera el habla, comenta:
‘Menos mal que fue una broma. ¡Qué susto! ¡Qué bien que actuó!’
Él, enmudecido…
La pareja se marcha sin saber que la parte actuada fue la del final, la que lo mostró lúcido.