ACUÉRDENSE DE FORCLAZ

"Al fin San José lustissima tellus!
Canaán sin ajenjos ni gamuzas para los hijos del Valais.
Tributaria de Urquiza, ese lejano general
señor de saladeros y palacios, afecto a las mujeres
y a las oropéndolas de los carnavales venecianos.
Al fin la tierra: estas colinas brumas, mansas, moras
con los lamparones del cobre pobre de sus pedregales
y este río que pareciera descender desde canteras
de nubes y cristales y no de esa oscura cueva
que habitan pájaros y caracoles. Aquí levantaré mi molino,
en esta altura casi azul de la campiña.
Yo he soñado tal vez con estas arboledas."

"-Notre frere... Pardón: nuestro hermano Forclaz
-Q.E.P.D.- es un enviado del infinito y su misericordia.
Él ha venido a convertirse en un mártir ignoto
y destinado a hacerse sombras en estas pampas insólitas.
Al arrojarse desde el Atalaya
de su sueño de piedras, con velámenes
se ha hundido para siempre en el infierno
pero quizás amó las sementeras
que ustedes sólo labran. Su tumba le pertenece.
Yace en paz en medio de lo que fue adverso."

(Cuando sople el último viento, el viento capaz
de mover estas ingenierías inconclusas,
estas aspas remisas al poder de la trigonometría,
acuérdense de Forclaz.
Sus inmensos ojos puestos en la bóveda
como un dulce periscopio ensimismado
sólo vieron el logaritmo de los amaneceres en Capricornio,
una bonanza de golondrinas con su duelo sin colores.
Un día levantó sus manos de las cremalleras
y las escuadras y las espigas, sobre todo las espigas
que lo herían con todo el oro de sus agujas derrumbado
y se preguntó: -"¿Por qué el viento, Dios Mío,
por qué el viento?" -La respuesta duerme
entre los cirios sin bendecir.
Ha muerto de espanto ante la magia
Va cesante de ángeles por el aire quieto)

"...Cuando escuchen la pavura de los antiguos
sobre esta Terra Incógnita, acuérdense de Forclaz.
Mackandal y los tambores, acuérdense de Forclaz.
San Brandán y la ballena, acuérdense de Forclaz.
Copérnico y Elcano, acuérdense de Forclaz.
El abismo y la serpiente...¡Acuérdense de Forclaz!"