POR SERANOTICIA EL 11-08-2017

Rubén Bitz.Entrevista exclusiva con Rubén Bitz, el creador del humor gráfico entrerriano

Conoce la provincia como pocos. Nació en Paraná, pasó su infancia en Diamante y su adolescencia en Victoria. Actualmente reside en Concordia, desde donde publica su revista de humor «Panza Verde», Un Mate Recreativo, lanzada el 1 de enero de 1987, siendo una de las publicaciones humorísticas con más trayectoria de la Argentina.

Su periplo por la provincia le permitió desarrollar un humor con mirada abarcativa, con la auténtica pregnancia de la idiosincracia entrerriana en todas sus tonalidades.

 ¿Cuándo empezó a dibujar humorísticamente?

Primero me inicié en el dibujo artístico realizando cursos a distancia -por correo-, ya que por esos tiempos era muy difícil acceder a cursos de dibujos personales, principalmente viviendo en barrios periféricos. Solamente quedaba gastar las revistas de historietas. Luego inicié por el mismo método un curso de dibujo humorístico, pero eran cursos donde las figuras siempre tenían como guía círculos y curvas; es decir, los monitos clásicos norteamericanos. Otros, especialmente españoles, ya mostraban como guía a dibujantes como su coterráneo Mingote o el francés Sempé, entre varios.

A partir de ahí y teniendo conocimiento de ritmo y encuadre, lo que más cuesta es encontrar un estilo, es decir un dibujo cuyo autor sea fácil de identificar por el lector. Lo demás ya es cuestión en cada uno de ingenio y creatividad. Para cerrar, dicen que la firma tiene que ser corta, sonar y ser fácil de memorizar o reconocer. Personalmente lo solucioné con mi apellido materno. Bueno, eso es lo que se sostenía, hasta cuando vi en las primeras “Hortensia” alguien que tenía una firma interminable, que si la ponía vertical detrás de algún personaje llegaba hasta la línea de horizonte del cuadro: Fontanarrosa.

¿Recuerda su primera creación?

Siempre fueron dibujos sueltos, chistes al voleo, experimentando con líneas y manchas, luces y sombras, movimientos. Me ayudó mucho saber algo de dibujo artístico, del cuerpo humano, animal, paisajes, etc. Mi primera publicación fue en una revista local “El gráfico victoriense”.

¿Cómo empezó a trabajar profesionalmente en el mundo del humor gráfico?

En los ’70, cuando vivía en Córdoba, conocí al maestro Julio Olivera que editaba “María Bizca”, una especie de revista alternativa para los dibujantes nuevos. En esos tiempos y esos pagos reinaba “Hortensia” -luego de alcance nacional- donde publicaban los grandes, y había que ser muy bueno para lograr meter allí algún cuadrito.

Julio -además de ser muy buena persona-, con paciencia te orientaba para ir mejorando tus trabajos; publicaba chistes gráficos sueltos y escritos. Ahí nació “Juan Moyeja”, relatos humorísticos que luego pasó a ser “Las aventuras de don Juan M (un paisano difícil)”. Más tarde, en los ’80, él se traslada a la Capital Federal y edita “Pitu Show”, basada en uno de sus personajes: ‘Piturro’, donde continué publicando.

En esos tiempos ya había comenzado a editar en Rojas (Bs. As.) mi propia revista periodística: “Blandengue”, la que luego se extiende y cubre la zona norte de la provincia. También ahí creo mi primera revista festiva: “Berp! Provechitos de humor”. Luego, me traslado a Entre Ríos para crear y editar “Panza Verde”. Pero eso ya es otra historia…

¿Qué características destaca de sus creaciones?

Teniendo claro el texto y el dibujo a plasmar en el papel, me interesa el ritmo del cuadro, guiar el ojo del lector por dónde empezar, recorrer texto-dibujo y salida, que generalmente termina en la firma del autor.

¿Es un dibujante espontáneo o meticuloso?

Nunca logré una línea rápida ni me detengo en los detalles, simplemente busco el equilibrio y la sencillez mostrando lo necesario. No me considero un buen dibujante; sí un humorista, donde me interesa más el texto y la idea general del cuadro.

PANZA VERDE

¿De qué forma nace la revista humorística «Panza Verde»?

Luego de unos años de editar “Blandengue”, donde gracias al equipo humano e intelectual que la integraba me permitió crecer personalmente y afianzarme como director-editor, comienzo a redondear la idea que venía arrastrando con el tiempo: una revista entrerriana de humor y algo más.

Viajo a Entre Ríos y visito sus principales ciudades, me conecto con amigos y gente relacionada con el tema que podrían aportar al proyecto, a quienes les comento la idea y es recibida de entrada nomás como positiva para la provincia. Haber colaborado anteriormente como humorista gráfico en los principales medios periodísticos entrerrianos ayudó mucho para ir dándole forma al equipo que la integraría, la mayoría ya conocidos por sus trabajos en distintas áreas de la cultura local y provincial.

Dejo de publicar “Blandengue”, me instalo en la provincia y en enero de 1987, desde Concordia, aparece el primer número de “Panza Verde”, que llega a todos los quioscos de la provincia. El nombre de la publicación ya estaba cantado de antemano. Formato A4, tapa color y 86 páginas, la PV pegó de entrada. Recuerdo que unos amigos-colegas de Paraná me comentaron que al verla la identificaron como la “Humor” entrerriana, en alusión a la legendaria revista nacional del Maestro Cascioli. Y sí, el planteo original y que aún mantiene está basado en “Humor”, “Satiricón”, “Hortensia” y la identidad panza verde. Como la PV no vino a luchar por ningún espacio sino a crear uno nuevo, el resto era cuestión de confianza y aguante.

Y bueno, ahí estamos hoy, con unos 30 años peleándola y siendo considerada como una de las publicaciones de humor -en circulación- más antigua de la Argentina.

¿Cómo surge el proceso creativo?

En mi caso son chispazos que surgen espontáneamente donde hay que tener una lapicera a mano para registrarlo, también algunas ideas sueltas donde recurro al oficio para darle forma; algún chiste o cuentito corto, que luego se alarga al escribirlo. Otras veces terminan en cuento, o si una palabra te lleva a otra y cuando se ordenan las ideas y la narrativa termina en relato. Creo en total libertad, y como tengo la oportunidad en la PV de ver en qué lugar se adapta mejor, ahí va. Escribo mucho en borradores, donde quedan para una segunda mirada o para adaptarlos a temas de interés que van más allá de la noticia diaria y que al día siguiente cae en el olvido o es reemplazada por otra. No me manejo con lo inmediato ni voy detrás de la realidad virtual de los grandes medios.

«La mayor parte de mis trabajos gráficos políticos, por ahí de más de veinte años, pueden ser publicados hoy y siguen siendo de actualidad».

¿Cuál fue su mayor satisfacción profesional?

Creo que están relacionadas una con otra, encadenadas temporalmente, desde las publicaciones de mis primeros trabajos hasta lo último que estoy haciendo, en este caso leer esta entrevista ya publicada en “Será Noticia”. Mañana, si se da, la edición en la web de “Panza Verde Internacional” o un nuevo libro personal con la Editorial Panza Verde (EPV). Al estar creando permanentemente surgen nuevas ideas, nuevos proyectos, que al materializarse son nuevas satisfacciones. Algo que sí me engordó el ego fue ver publicado los 30 años de la PV en la revista turca “Fena Mizah”, que se distribuye en Oriente y Europa, y está considerada entre las mejores dentro del humor internacional. Si a eso le sumo el privilegio de que Maestros en esta profesión por ahí me sorprenden dibujándome en una caricatura, ya mi cintura de pollo más que para dieta está para un psicólogo.

¿Quiénes fueron sus maestros?

Creo que uno va asimilando inconscientemente lo que más le gusta de los grandes maestros del humor, buscando la forma suelta y natural para poder expresar la idea, siempre pensando en la comunicación con el lector.

HUMOR ENTRERRIANO

 ¿Existe un humor entrerriano? ¿Qué características tiene?

En una entrevista que le realizamos a Hernán «Pepe» Pirro para la revista Panza Verde, publicada en el Nº 4, allá por 1987, lo explicaba muy bien: «Entre Ríos tiene que dar hombres de fértil imaginación, por como es su tierra, nosotros damos una patada y aparece un arroyo, 1.200 cursos de agua, semejantes ríos como el Paraná, el Uruguay y una columna vertebral fluvial como el Gualeguay. Vale decir que la tierra acá es tan fértil que si se volea la semilla al aclarar, a la tarde hay que andar cosechando. Por eso, el humor entrerriano es muy tirado a la fantasía, a una seguridad en su tierra, a una observación de su paisaje, de su fauna y de su flora».

Lo publico también como introducción en mi libro dedicado a la provincia «Entre Risas, un mate recreativo». Donde no le encontré la vuelta es en la traducción a la escritura del arrastre de la «r» que tenemos al hablar, por ahí en la PV alguien arriesgó con la «y» griega, cosa que «hoyorizó» al propio «Pepe», por lo que fue rápidamente descartada. En la portada de uno de mis primeros libros «De Entre Ríos con Humor Gráfico» publiqué un pv caminando con un hilo en su boca arrastrando por el suelo una letra R, costó interpretarlo entre los lectores por lo que en la 2º edición lo cambié por otro. Y bueno, ahí quedó el tema, esperanzo quizás que la fonoaudiología lo solucione…

¿Realizó trabajos para el exterior?

Sí, en varias publicaciones, pero colaboré principalmente en exposiciones de humor gráfico. La última vez que envié trabajos para una exposición en el exterior -pedían los originales- fue para Turquía, habían conseguido en Estambul transformar una mezquita en un centro cultural. El problema para armar la encomienda para que no se estropeen los dibujos, más gastos de envío y allá fue. A una semana de la inauguración de la muestra estalla la guerra del Golfo. Gran desparramo gran. Hoy, con sitios en la web de amigos-colegas es más sencillo y directo.

¿Le gusta más ser dibujante o guionista?

Hace más de una década que dejé de dibujar. Nunca conseguí un trazo rápido como para estar con un pie sobre la plancha de la impresora que está esperando un dibujo para llenar un espacio.

Siempre escribí más que dibujar; dejaba algunos textos que eran para expresarlos principalmente complementado con un dibujo: humor gráfico es cuando tapás el dibujo y leés el texto y no lo entendés; lo haces al revés, es decir tapás el globo y mirás el dibujo y tampoco, solamente cuando ambos quedan a la vista se produce el desenlace.

Se ve bastante por ahí donde el chiste se produce solamente leyendo el globito, y el dibujo pasa a ser una viñeta decorativa. Principalmente en las tiras cómicas donde el personaje camina -o está parado mirando al lector-, la humorada se desarrolla en los globitos.

Si a eso le sumamos una tendencia bastante argentina que es el juego de palabras basadas en la realidad y el intelecto, esto explica por qué en el exterior es bastante hermético este tipo de humor. Salvo Quino que trabajaba el idioma universal con personajes definidos -Mafalda- y que también actuaban, como lo hacía magistralmente Fontanarrosa en chistes de varios cuadros.

En mi caso utilizo el humor escrito para la PV en distintas situaciones: periodístico, cuentitos, cuentos, pie de páginas, globos de fotos parlantes, anécdotas, guiones para otros dibujantes como también de historietas o de humor político para una página permanente de la revista. Una vez que se manifiesta el chiste, veo en qué sitio se puede adaptar más. Por ahí surgen frases de palabras interesantes con determinados hechos y le busco el cierre o remate festivo, aquí ya actúa el conocimiento del oficio y donde me interesa que no haya fisuras; que no se lea dejando la sensación de emparche.

¿Qué consejos le daría a quien quiere ingresar al mundo del dibujo?

Personalmente no me siento capacitado para dar consejos, pero quien se interese seriamente en esta profesión también tiene que ir pensando en crear su propio espacio y ver cómo mantenerlo-mantenerse económicamente o en cooperativas con amigos-colegas. Los espacios en los grandes medios son difíciles, y de lograrse hay que adaptarse a su línea editorial.

LA VIDA EN VICTORIA

¿Qué recuerdos tiene de sus vivencias en Victoria?

Y, tengo para elegir, principalmente aquellos donde siempre predominaba el buen humor en las reuniones con amigos en las cuales se practicaba el chiste espontáneo o relatar el último cuento o cuentito escuchado por ahí.

Siempre fui de escribir lo escuchado, desde mis vivencias en el campo con los dichos hasta en la ciudad con los apodos. Todo eso terminó en un libro: “Apodos y Dichos Populares”. Dicho libro ya anda por la quinta edición ampliada y se viene otro antes de fin de año: “Más de 6.000 Apodos y Dichos Populares”. El primero fue “Más de 1.000…”. Recuerdos hay para revolear, pero con el paso del tiempo quedan los mejores, principalmente para mí los que me producen alguna sonrisa.

No soy de observar mucho el espejo retrovisor de mi vida, estoy más concentrado en el camino que estoy recorriendo sin horario de llegada, pero sí disfrutando del paisaje y sus aromas…

 

Rubén Bitz.

 

¿Estuvo además ligado a la actividad musical?

Sí, principalmente en la adolescencia con “Los Bárbaros”, luego en otros grupos pero por menos tiempo. No soy ni me considero músico, simplemente tuve la oportunidad de conocer a excelentes personas; grandes amigos con un oído y conocimiento musical muy bueno. Entreverado en el grupo y para orejas distraídas pasaba desapercibida mi desprolijidad.

¿Qué fue Suger’s?

Fue casualidad, hacía unos días que había vuelto a Victoria -viví por varios años en Córdoba pero en los ’70 y pico se había puesto difícil por los enfrentamientos armados-, y me encuentro con estos amigos que me comentan que se quedaban sin bajista y si podía reemplazarlo. Hacía años que no agarraba un instrumento -hoy no recuerdo cuántas cuerdas tiene un bajo-, pero por amistad me sumé cerca del final del ’75. Pasados los carnavales del ’76, me alejo del grupo y continúo mi camino en esta profesión, que me acompaña hasta el día de hoy.

¿Podremos disfrutar en algún momento de una muestra con algunas de sus creaciones?

Sí, por supuesto, ya se están mostrando chistes gráficos en el sitio digital de Victoria “Será Noticia”… ¿Lo ubican? Me han chimentado que son buena gente… Bueno, eso es lo que dicen…