Este silencio que de mí me aleja
desagua en el color de tus orillas;
allí la tarde de olas amarillas
al cielo de tus aguas se asemeja.
Luego se dormirá el silencio mío
en tu silencio como en un abrazo.
Unidos en el líquido regazo
la tarde y yo somos un cielo, un río.
—Lejos, lejos un bote se desplaza
y te ocupa una música de remos
y viene el agua a la costa tranquila.
Arrullo de arboledas nos abraza
y otro silencio que no comprendemos...
La tarde en mí tu corazón destila.