La espera
El dátil cubierto de plantas
lentamente se secó,
las rosas de enfrente
ya no florecieron,
la huerta simplemente
se dejó morir.
En la puerta de la casa de mi abuela
había un cartel que decía:
-Vuelvo enseguida.
Y lánguidas en su espera
las orquídeas del dátil
ya han perdido su fe.