LA PIEDRA AZUL

De “La piedra azul” (1991)

 

Una mañana descubrí

que en las líneas de mi mano

tenía una piedra azul,

y me dije:

debo recordar este día,

la maravilla

visita a los hombres

pocas veces.

 

Y anduve la ciudad

de cabo a rabo,

tocando con el pecho los colores,

hundiendo mi avidez en las manzanas,

sintiéndome un igual entre los pájaros

y ayudándolo a Dios en sus quehaceres.

 

Después tendí mi júbilo

en la amorosa sombra de un buen árbol

y fui feliz hasta el último bostezo

que, lentamente, se llenó de estrellas.

 

Y al cabo desperté

en mil mañanas

y en todas comprobé

que en las líneas de mi mano

seguía la piedra azul.

Entonces me dije,

y me digo:

debo recordar este día,

la maravilla

visita a los hombres

pocas veces.