EL POETA NO SE PERMITE

(Inédito, enviado especialmente para la página de Autores de Entre Ríos)

 

El poeta no se permite andar llorando por los rincones,

sufriendo la palabra pañuelito de papel descartable,

atajo para una saludable descarga.

No se permite la nota sensible para acordarse de lo feliz que fue,

acaso su responso de horas de luz selecta

entre el cúmulo sin nombre de la existencia,

de toda existencia en el mientras tanto de vida jugada.

El poeta no se conforma con la piedad,

el lugar humilde, la florida manera.

Al poeta le arde la conciencia

y se vuelve medido a medida que los años pasan.

Deja para el final la voz estricta,

la recta línea, la impasible esencia,

eso que de tan decantado se conoce por el aire.