I
Porque el agua se deslizaba
deteniéndose en cada ladrillo
y los musgos, las enredaderas y la cal
abrían una ventana.
II
Partículas de polvo dispersas en el aire.
Nubes, nubes del sol.
Y piedran que conducen más allá del lugar
donde todo se genera o regresa.
Cada parte es un grito.
III
Escudriñar, a veces, en sueños
como en lejano ojo de buey
los pasos vacilantes y húmedos
sobre una tabla que regresa
al primer llanto.
IV
Y caía con pereza
resbalándose por las aristas de su duda
con pesada melancolía
esquivando caminos inciertos
como lluvia infinita
su naciente esperanza.