LA INFANCIA SIEMPRE LLEGA A DESTIEMPO

Somos números no hay vuelta que darle.

Hoy pienso que las mañanas volverán

siempre con lo mismo y me aburre.

La esperanza es lo último que se pierde,

dicen algunos que ya la han perdido.

Por lo menos algo guardamos detrás de las nubes,

pero la noche cae como un jugo en este loquerío.

Es un instante que no se posterga para más adelante.

Mí abuelo tirado en la madera, entero bien ordenado.

El hombre que mira el río, mientras piensa:

río que ganas de que entres a la casa,

y saques afuera todos los muebles, necesito baldear.

La mente es un cementerio hasta que encontramos la llave.

La luna dorada como soga de nuestra ropa colorinche,

las abejas que merodean un beso que sube al cosmos.

Un hombre y una planta que nacieron bajo el mismo

suceso de los planetas, se hallan brillantes en el jardín.

Páginas que de atrás para adelante llegan a un principio.

 

De A Eda, por su dulzura (2008)