De “Que fluya si no repta”, 2019.
Camino mientras pienso que, si hubiera sido Eva,
hubiera sacudido el árbol
de manzanas para que todos comiesen
(guazunchos, picaflores y carpinchos)
y entonces Dios nos hubiera visto sabios y conversando
y sin saber a quién expulsar nos hubiera conservado en amor
sin fluis hacia sudor y dolor, inmortales y felices
con serpientes lindísimas enroscadas al cuello.
Ahora veo mientras repto por la calle
que los ángeles a los lados de las ventanitas
sacuden las espadas
y continúan expulsándome porque como manzanas y te beso
con los ojos abiertos.