SALMO II

 

…Aullando entre relámpagos
Enrique Santos Discépolo

Oh Dios, si estás ahí,
despierta.
Despierta Dios de todos.
Muestra una ira descomunal.

Los poderosos del mundo
cuentan las costillas de nuestros hermanos
que tiritan en la noche del desamparo.
Reparten el opio de la muerte.
Distribuyen el hambre.
Los pobres niños de los pobres
caen al sueño con inocente sonrisa
narcotizados por la inanición.
Salvajemente ríen en su ostentación de poderosos
y maldicen, abominan de nosotros,
los que clamamos ante tu silencio,
los que tenemos hambre y sed de justicia.

Oh, Dios, despierta.
Despierta Dios de todos.
Desata una ira descomunal.
Antes de que los pájaros dejen de cantar.
Antes de que los pájaros canten sólo para los muertos.

Y en el coro de los justos
hasta mi carne descansará en la esperanza.

(De Salmos del Desamparo en "Azul de frío