PADRE Y MICROSCOPIO

El microscopio en el escaparate.
Tú no estás levantándome en brazos hacia él.
Hace diez y seis años que estás muerto.
Lo amabas más que a mi madre que a nosotros.
Bajo su ojo oscuro la vida era diminuta y móvil.
Yo iba a la plaza del pueblo de provincia.
Tú trabajabas en el laboratorio a mitad de camino.
El microscopio donde aprendí el crecer de los cristales.
El instrumento de único ojo escudriñador y lúcido.
El microscopio en un escaparate de Saint-Michel.
El microscopio sin ti delante.
Yo mujer sola contemplándolo.
Mujer que escribe fórmulas semejantes a las tuyas
que intenta ver lo oculto por la opaca materia
lo que entreví desde tus brazos al fin del ojo único,
lo que me observa en alta noche y me exige expresión.
Padre: tengo miedo