ESTÁ LA NOCHE QUIETA... ESCUCHO EL RUIDO

Está la noche quieta... escucho el ruido
de una hoja que cae, de una mirada,
de una mano que está puesta en mi almohada
y detiene en su hueco mis latidos.
Por la sombra se arrastra un paso suave,
como quien busca un rastro que ha perdido
o trae por la tierra un cuerpo de ave.
También me pareciera que ha venido
mi pequeño y lejano hermano muerto,
y en las sombras su mano me extendiera
con temor de mis ojos tan abiertos
que a pesar de mirarlo no lo vieran.
Y junto a él, apenas leve y cierto,
siento que estará aquel que tanto amara
también mirándome como si muerto
estuviera también. Y se acercara.
Siento que el grito a mi garganta sube
y una lágrima crece a mí mirada.
Todo lo que yo amara, lo que tuve,
se fue alejando así, y ya no hay nada.