EL CASERO

 

EL CASERO

 

En distintos trabajos y referencias sobre el casero se registran los siguientes nombres: En el Uruguay y Provincia de Buenos Aires: horneros; en Santiago del Estero y Tucumán, casero y hornillero; en Salta, casero, lo mismo que en Entre Ríos; en Córdoba, San Luis y Catamarca, caserita; en La Rioja, catalina; en Corrientes y en Chaco, alonsito; en Misiones, ogaraltig, voz guaranítica quie significa casa nido; en Brasil, Joao de Barro; en el Paraguay, alonsito. Es uno de los pájaros más populares de la Argentina. Nombre técnico: Fumarius rulos.

 

Con voluntad, con baquía,

con amor y con esmero,

en lugares elegidos

hace su casa el casero.

Cuando no le dejan árboles

él procura asidero

de un horcón, una cumbrera

o algún poste de telégrafo.

Con fe cumple su destino

y, animoso y desenvuelto,

si le destruyen el nido

él lo construye de nuevo.

En ese rancho seguro

no lo asustan aguaceros,

ni el pampero lo atribula,

ni les teme a los inviernos,

ni el morajú que es tan diablo,

se vio de puertas adentro.

Si en el monte o en la isleta

alguien perturba el sosiego,

lanza su punzante alarma

que enciende vagos misterios.

Cuando festeja la lluvia

da gusto escucharlo y verlo:

la alegría se le sube

por la voz y por el cuerpo.

Laborioso, alegre y libre

luce su overol modesto

del color que le conviene:

barro aclarado en el fuego.

Y al barro le casa brillo

su arte de fino arquitecto.

Barro familiarizado

con la luz y con el cielo,

que se le entrega y no mancha