YO ANDUVE COMO UN TALISMÁN...

 

Yo anduve como un talismán entre tus harapos multicolores

gozando sepulcros donde duermen huracanes de savia,

momias arcillosas, descastadas vírgenes,

hipogeos inclinados a las arenas que broncea el río.

No era un sueño la tardía señal de los amuletos,

ni esos salmos crueles donde caen las ramas de un címbalo

desangrando la belleza.  Heredero victorioso, la dulce antigüedad

disolvía la piedra con vesánica imploración susurrante.

 

Comprendí las endechas del arpa y el  sonido de tus tambores,

el milagro reverdeciendo con poéticas transparencias

donde la noche es un bello cacique lloviznado de eternidad.

Hueso de miel para esas arañas que tejían rostros vagabundos,

toqué los trágicos alaridos jadeantes,

hurgué tus vasijas llenas aún de un líquido de guerra,

de una sed donde el río invoca tus cazadores

alucinados de sombra

mirando aún el hechizo de la arcilla en sus cantos.