Cómo se está yendo el pasado que dejamos para el futuro

 

Entrevista de Álvaro Xizi a Mario Daniel Villagra.

 

Prólogo del editor a Los Mandatos de Camilo Fink de Mario Daniel Villagra:

Con la visita del presidente Fernández a China, con su presencia en la Apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno, y con la firma del Memorándum de Entendimiento en Materia de Cooperación en el Marco de la Iniciativa de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y de la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, parece que la Argentina da un paso más a China desde Borges y el fútbol, y se consolida un poco más su imagen. El enlace político y económico apuntando al futuro es capaz de hacer a los dos países en las antípodas de la tierra establecer acuerdos, a fin de que las carnes, los minerales y los aviones de combate se circulen transoceánicamente. Y si se quiere lograr un enlace más que los capitales, sería necesario conocer su pasado, y aún más, conocer a la voz de este terreno cantar el pasado, sonar el presente y conmover al porvenir.

La resonancia de Hernández da forma a esta voz local. Hace 150 años, en 1872, José Hernández publicó la obra épica Martín Fierro, que narra sobre la vida de los gauchos en las pampas de Argentina, y sobre la desdicha, el combate y el escape del gaucho Fierro. Siete años más tarde, como Cervantes bajo la presión de los lectores, Hernández publicó el segundo tomo, La Vuelta de Martín Fierro, en que relata el retorno de Fierro a la comunidad gaucha desde la tribu de indios, y el reencuentro con su hijo y su enemigo. La historia acaba en torno a la voz de la típica payada de la cultura gauchesca. Semejante a otra épica, La Eneida, que también era de un literato dando legitimidad a la cultura, los dos tomos de Martín Fierro, sobre la fuga y el regreso, merecen la épica nacional de este país joven. Diferente de los “arma y humano” que simbolizan La Eneida, en Martín Fierro hay voz de cantos, y de payada entre el gaucho y el negro. Allí donde se encuentra el punto de singularidad en el desierto sur (y no en la biblioteca) que Borges tuvo que responder, allí donde los hijos de Fierro de Solanas, obreros que se rebelan, allí donde la vida y muerte de Jorge Cafrune, el cantor folklórico izquierdo con sangre medio-oriental, y allí donde la segunda gauchesca, o la gauchesca segunda, que dice en la entrevista el autor argentino Mario Daniel Villagra. Aunque la vida nómada del gaucho fue impetuosa y efímera, aunque frecuentemente se cuestiona en la academia la autenticidad de raza de los gauchos, aunque la literatura gauchesca había sido en mayor de las veces extensión bajo las plumas de intelectuales, el gaucho, durante las numerosas fugas desde la red de definiciones, sigue denominando a los combatientes, caballeros y cantores, quienes son el resto de Argentina, de Sudamérica y del sistema de organización y explotación global.

Los Mandatos de Camilo Fink de Villagra es una historia sobre la gente desposeída en la nueva época de Sudamérica. Como dice el entrevistador Xizi, hablando en el sentido de “la eterna alteridad”, ellos son gauchos contemporáneos. Junto a ellos, se puede incorporar a los Gods of Sanhe (jóvenes chinos que no hacen nada, parecido a los ni-ni en Argentina) y a los Freeters de Japón. Los temas que se han tratado en esta entrevista son la posibilidad de reescritura contemporánea sobre las épicas. Diferente de las reescrituras comunes en el discurso literario de mandarín moderno, que se inventan tradiciones y se sirven de objetivos a sí mismos, la posibilidad de regreso al gaucho radica en ampliar la categoría del concepto de gaucho sin perder la tensión de aflicción de los gauchos. En el sentido social de antropología, la entrevista ha tocado la posición política-económica de la Argentina contemporánea, y la lucha ambiental simbolizada por la muerte de Fabián Tomasi. Mientras en el sentido de escritura de antropología, nos invita a escuchar la frase echada por un personaje de la novella, “el pasado que dejamos para el futuro se está yendo al carajo”, y tratar de responder algo.

 

YC Zeng

 

Entrevista de Álvaro Xizi a Mario Daniel Villagra.

 

01

Introducción del entrevistador:

Esta entrevista se hizo en abril de 2021, invitado por Tyingknots, al poeta, autor, director, literario argentino que estudia en Francia, Mario Daniel Villagra, sobre “la segunda gauchesca”. No soy profesional de literatura, y les ruego a los lectores que me adviertan cualquier mal uso del término.

A los que les interesa el tema pueden leer de antemano la Introducción y Fragmentos de Los Mandatos de Camilo, un material que servirá de fondo para esta entrevista. En aquel texto hay una breve introducción del autor y su novela. De hecho, algunas opiniones mías han sido fuertemente replicadas en esta entrevista, por lo que incluso he actualizado mi conocimiento del gaucho. Más detalles sobre los gauchos se ven en el capítulo Los Hijos del Pampa de El Payador de Lugones.

 

02

¿Cómo regresa la épica?

Pregunta: Nos conocemos a través de una serie de correspondencias en las cuales se han tratado temas como “gaucho”, “literatura gauchesca”, “identidad argentina”... entre todos estos temas, se me ocurre elegir "la segunda gauchesca" como una apertura para nuestra entrevista, ya que este dicho toca la bifurcación del término “gaucho” y así revela un hilo oculto de la historia argentina. Espero que sirva como un punto de quiebre para el conocimiento chino del gaucho. ¿Qué diferencias hay entre la "primera" y la "segunda" gauchesca, tanto en términos antropólogos y literarios? ¿Quiénes son sus protagonistas, y qué escribieron los escritores argentinos sobre ellos?

 

Respuesta: Miguel de Ferdinandy dice que la tradición es semejante al muerto, en tanto que “su alma no ha muerto con su cuerpo y que espera, entonces, una resurrección”, y algo de eso podemos pensar entre la primera y segunda gauchesca. Lo que sí podemos decir es que la segunda gauchesca no tiene que ver con la segunda parte del Martin Fierro, la vuelta. Tiene que ver con una toma de posición en cuanto al uso del adjetivo “gauchesca” que acompaña al genérico “literatura”; en esa toma de posición hay un giro nuevo dentro de esa forma de escritura que tiene un lenguaje particular. Hay continuidades y sin embargo también se permite tener improntas nuevas:

El problema de la ley sería la continuidad, a grosso modo, entre el primer Martin Fierro y la segunda gauchesca, en el medio se abre, con “la vuelta”, un paréntesis; ahora bien, ese paréntesis se cierra si entendemos algo que dijo Borges:

“Yo creo que Hernández describe al gaucho malo, al matrero, pero que no involucra a otros tipos. Creo que Hernández se refiere a un cuchillero, a un soldado, de la conquista del desierto, bueno, a un asesino, a un borracho, a un desertor, pero no a todos los gauchos. Además, el tipo de matrero no puede haber sido común, ya que ahora recordamos los nombres de algunos; veamos, en Entre Ríos, Calandria; en el Uruguay, Menchata; en la Provincia de Buenos Aires, Hormiga negra, al norte; Juan Moreyra al oeste y al sur. Si todos hubiesen sido matreros no habría habido Conquista del Desierto; si todos hubieran desertados la historia de Argentina no habría ocurrido”.

De manera tal que aquí llegamos a un momento de tesis y antítesis de este pequeño estudio literario: la segunda gauchesca efectivamente es escrita por una segunda generación de gauchos: “Los Mandatos de Camilo Fink”, por ejemplo, que usted ubica en una segunda gauchesca, o “Montielero”, novela de 1954 escrita por Manrique Balboa; justamente, esta novela tiene como sujeto de la narración a Calandria, el cual Borges menciona en la conferencia de 1981.

Por otra parte, a la cuestión de ese giro sociológico se le puede sumar la cuestión de giro literario: hay un paso del monólogo, con el Martín Fierro, al diálogo; es decir, de la poesía histórica a la narrativa. Se podría decir también que la primera gauchesca ya aparecieron indicios de una necesidad casi técnica para que una historia avance y es la aparición de otro personaje. En el caso del Martín Fierro, lo tenemos aquí:

“Tal vez en el corazón

Lo tocó un santo bendito

A un gaucho que pegó un grito

Y dijo: “¡Cruz no consiente

Que se cometa el delito

De matar ansí a un valiente!”

Desde entonces, con el sargento Cruz combatiendo junto a Martín Fierro, el sujeto/objeto del poema se subdivide, no así el sujeto del enunciado ni la enunciación. En síntesis, creo que la segunda gauchesca, al menos para mí y con esa impronta escribí “Los Mandatos…”, es construir un sujeto colectivo con otro espíritu. Y creo que descubrir “Montielero”, de Balboa, me da una grata sensación de coincidencia, aunque ahora lo traiga para ponerlo a éste como un ejemplo de otro tipo de gauchos, que no es el del Martín Fierro:

“Yo aflojé (dijo Calandria), pero el carnicero y don Elisio continuaron comiendo con pausa. ‘De poco comer había sío el mocito’, argumentó el hombre, mientras se preparaba para tomar un vaso de vino. Luego agregó: ‘Muy lindo ha estado el asado, ¿no? Ahura hay que asentarlo con unos amargos. ¡Aaaah!... Primero via trai fritos que han hecho las mujeres’. Se fue y volvió con una fuente de fritos. Don Elisio estiró el brazo y ensartó tres con el cuchillo, y al levantarlos, le chorrió la miel de lechiguana. Yo hice otro tanto, y después tuve que aflojarme el cinto con disimulo. Tomamos mates, y el hombre, muy atento, nos dijo con franqueza: ‘Ahura desensillen, pues, y larguen en ese potrerito, ansina duermen la siesta’. Don Elisio, dando vuelta el cinto, le contesto: ‘Primero vamos a pagar lo que hemos comío, y después sí’. Le alargó un billete. ‘¡Nooo! ¡De ninguna manera. Ha venido a mi casa, don Elisio, que es como si juera suya. ¡Nooo! Valiente don Elisio’. ’Somos bien amigos, pero usté trabaja pa vivir y yo también don Meliton. Lo que es justo es justo. Cóbrese y dispués sí, me invita lo que guste’. El carnicero, sin dejar de hacer cumplidos, tomó el billete, cobró y le alcanzó el vuelto”.

 

03

Ecos o payadas en tierra callada

Pregunta: Vos estudiás la literatura y escritores entrerrianos. Ya sabemos que Entre Ríos es una provincia en Zona Litoral, frontera con La República Oriental de Uruguay. ¿Hay cualidades distintivas de la literatura entrerriana en la entera literatura gauchesca, por su ubicación geográfica? Y, ¿existen ecos medioambientales y fronterizos en la literatura entrerriana? En tu obra Los Mandatos sí se encuentran de vez en cuando estos ecos, cuando "el mundo parece callado". ¿Qué otra cosa nos quieren decir estos ecos?

 

Respuesta: Sobre Entre Ríos, sobre la Escuela Entrerriana, tema de mi investigación actual, se habla de su condición de isla… “lo hace buscar de una manera diferente”, escuché decir ¿Diferente a qué? No lo sé. Es un hecho que Entre Ríos dejó de conectarse solamente que por el agua, primero en 1969, con el túnel subfluvial en Paraná, y luego en 1972 con el puente Fray Bentos, con el Uruguay. Visto desde otra óptica, se podría decir que Entre Ríos no hacia puerto en Buenos Aires cuando todo era por barco… Recuerdo un caso: Yannis Ritsos, "La ventana" (Trad. Juan L. Ortiz), es la primera traducción al español de este autor griego, paso previo por una traducción francesa que es la que le llegó a Juan L. Ortiz directamente, sin pasar por Buenos. Aires.

Ahora bien, sería interesante citar a Héctor Izaguirre que dice que hay algunas “constantes”: “gravitación de la geografía entrerriana —colinas, selva de Montiel, bajos y pajonales del Delta, ríos y arroyos” y la “exaltación de la antigua gesta libertaria, vinculada al orgulloso recuerdo de los héroes…”, los cuales también algunos llaman, respecto a esto último, la “elegía combatiente” (Helder). Quizás agregaría, además de lo geográfico, la fauna: las aves.

Respecto a la segunda parte de su pregunta, hablo del silencio, sin sombrarlo, que es donde aparece la poesía… Además, si usted pudiera ir a esos ríos podría, quizás, afirmar que el silencio es mudo entre las islas del Paraná.   

 

Pregunta: Se puede decir que el gaucho histórico es un fenómeno trascendental del intercambio colombino, que ha dado forma al Nuevo Mundo, biológica y económicamente, por la llegada de los blancos y los ganados europeos. La producción primitiva de los gauchos pampeanos de cuero y tasajo, desde el principio sirvió para el comercio transcolonial, forma preliminar del comercio internacional moderno. Así el gaucho, como una subraza, se generó "in situ", es definitivamente local pero cosmopolita. De ahí viene la pregunta: enfrente de la globalización actual, los argentinos parecen todavía encontrarse en la posición de los gauchos. El provincialismo o localismo argentino era, es, y siempre será cosmopolita, como su crisis económica y su producción agropecuaria, resultado de siglos de ausencia de soberanía en el área productiva. ¿La primera y la segunda gauchesca, y tal vez la tercera, pueden considerarse una procura repetida e infinita de la subjetividad degollada por fuerzas exteriores de su época, o un anhelo incesante de superar la alteridad? El puzle no tiene salida porque es el que lo despedaza, lo urde.

 

Respuesta: Respecto a algo que usted dice, permítame opinar; dice “Así el gaucho, como una subraza, se generó "in situ", es definitivamente local pero cosmopolita. De ahí viene la pregunta: enfrente de la globalización actual, los argentinos parecen todavía encontrarse en la posición de los gauchos. Desconozco ahora si hay algo parecido a la literatura gauchesca en Australia, si en Estados Unidos podemos encontrar similitudes. Hace unos meses, mirando un documental sobre el agua y su cotización en bolsa de comercio, justamente en Australia veía las similitudes con Argentina. Ambas tienen una influencia del imperialismo inglés en la matriz productiva. Y, ya que estamos con el lenguaje audiovisual, hace poco una serie llamada “El Puntero” (un personaje del folclore político con tintes locales), enfatizó en la mutación del personaje central, una especia de agauchización… lo empezó a invadir en su personalidad, casi con un poncho al hombro, y delirios morales de nacionalismo, pero con una sensibilidad por lo humano un poco inédita para los tiempos que corren.

Veamos el Martín Fierro y la Argentina 2021:

El retorno a lo espiritual. Martín Fierro dice:pido a Dios que me asista” (17), es decir, es católico el gaucho, de allí ya podemos inferir una respuesta si vemos que aún hoy el estado argentino se reconoce Católico Apostólico Romano, con libre culto desde 1994.

En cuanto a lo político, en el verso 19 ya habla de “otros cantores”, es decir, hay otras voces hablando de la ‘memoria’ y del ‘entendimiento’, hay una disputa ya planteada de antemano sin antes conocer el móvil de la disputa… Creo que allí radica el origen de “la grieta” actual, es la “crisis moral” de la que habla Mastronardi en una carta a Calveyra. Todo el mundo habla de la crisis económica, pero nadie reconoce la crisis moral, dice. Entonces, al argentino “nadie lo hace recular” (27); el arquetipo de “nadie le pisa el poncho” (ver los versos del 61 -66), la bravura genérica, que, así planteada, no bien definida hacia quién, genera un todos contra todos.

Respecto a su pregunta, puedo estar de acuerdo en que nuestro objeto pueda considerarse una procura repetida e infinita de la subjetividad degollada por fuerzas exteriores de su época, o, un anhelo incesante de superar la alteridad; salvo en que no acuerdo que sea repetitiva en particularidades. Es decir, para seguir con al nombrada “Montielero”, de Balboa, aquí el gaucho Calandria habla de “meditaciones” al momento de no ser puesto a trabajar, hasta que es interrumpido para ir a trabajar. No sé si podrá ser infinita esa subjetividad, ojalá que no. No creo tampoco en la subjetividad “degollada”, sí sé que hay fuerzas exteriores de su época, y actuales; y creo que la literatura es quizás eso: un anhelo incesante, ahora bien, no sé bien que responder ante esto de “superar la alteridad” a la que usted hace referencia.

 

04

Caballeros y soja

Pregunta: En tu obra citada, el tío de Camilo dice: "—Pero muy bien. Bienvenido. Siéntase como en su casa, total tampoco es nuestra —dijo el tío y dejó salir una risa entre resignada y penosa."

La misma postura debe estar mostrando Argentina a los inversionistas extranjeros de siempre: Argentina les está abierta, les da la bienvenida, que se instalen, porque acá nunca ha sido totalmente de los argentinos, el patrón abre la puerta nacional, mientras el gaucho, hoy el pueblo, sólo puede soltar "una risa entre resignada y penosa".

En La Vuelta de Martín Fierro, Fierro, que en el primer Tomo responde con violencia individual a la violencia sistemática, con barbaridad gauchesca a la barbaridad salvaje, hace payada contra un negro, competente adversario durante la integración de los gauchos a la república cívica. En tu obra, José hizo payada con un comisario, con quien probablemente Fierro no hiciera la payada. ¿Qué refleja el cambio de papel del payador? ¿Qué piensa la segunda gauchesca del régimen? En tierra donde el cultivo ha sido dominado completamente por capital multinacional, ¿cómo será la relación antigua de los gauchos con la autoridad, si no hay unidad, sino un conjunto con ambas partes igualmente impotentes?

 

Respuesta: Quizás tenga razón y yo no lo puedo percibir así como usted lo dice; una especie de huella subjetiva. En todo caso, creo que el personaje es consciente pero no actúa; su sobrino sí.

Respecto al payador, creo que es una especie de canal… y, en este caso, que canta en coplas. En ese sentido, creo que en Martín Fierro hay que reservar un punto para su aspecto literario (que ya se ha hecho, pero siempre corresponde leer nuevamente). Del verso 30 al 36 dice:

“Cantando me he de morir,                  

cantando me han de enterrar,            

y cantando he de llegar              

al pie del Eterno Padre-              

dende el vientre de mi madre              

vine a este mundo a cantar”.

En Hernández también hay que ver lo poético. La construcción de las coplas. En ese sentido, el payador, o Camilo encarnando a un payador, tiene que ver con una construcción del personaje; fíjese que durante la entrevista con Clementi, Fink contesta que de lo único que se arrepiente es de no haber aprendido a tocar la guitarra, pues de esa manera podría haber resistido al desalojo, piensa.

Ahora bien, para ver la relación que observo entre la segunda gauchesca y el régimen, creo que lo correcto sería invertir los términos: gauchesca segunda. Es decir, para que la historia avance son necesarios los adjetivos. De manera tal que el contacto con el régimen es el mismo, pero, si al menos no es revolucionario que lo sea evolucionado… sabiendo que, como usted dice, que se vive en la tierra dominado capital multinacional, la relación con la tierra y entre los humanos y los humanos en la naturaleza sea diferente.

Una compañera de la vida y el pensamiento, asalariada, se sorprendía porque hoy muchos obreros no conocen nada de nada de Marx. Quizás se pueda pensar en un gaucho marxista, y con esto le contesto un poco esto de: ¿cómo será la relación antigua de los gauchos con la autoridad, si no hay unidad, sino un conjunto con ambas partes igualmente impotentes. Fíjese si puede buscar el comentario que usted me hizo, algo así como que la novela no crea el ejército para derrocar al sistema. Pero es verdad también que Camilo educó a jóvenes con sentimiento hacia la tierra, a su derecho y también con sueños de otras formas de colectivizar lo que tenemos para vivir.

 

Pregunta: En tu obra, el granjero viejo Juan dijo: “a la final los remedios que le ponen a la tierra para las plantas lo terminan matando a uno”.

El gaucho histórico cultiva poco. Mejor dicho, eran nómadas. Sin embargo, a medida que cada vez se involucraba Argentina más a la globalización, el estilo de vida de los gauchos evolucionaba hacia lo que a un tiempo desperdiciaban, el de los sedentarios, peor aún, sedentarios remotos. En el mismo hilo, fue Argentina el primer país en la tierra de autorizar la comercialización de trigos transgénicos, y de ahí la "frase lapidaria" de Juan. Entonces, al conocer lo anterior, ¿qué posibilidad tiene la gauchesca, segunda o tercera, en un futuro que no tiene pasado (que "se está yendo al carajo")? ¿Cómo enfrenta la gauchesca a la agroindustria?

 

Respuesta: Pareciera que no puede enfrentar nunca la literatura, la gauchesca en este caso, a la realidad, la agroindustria; porque la literatura parece que viene siempre corriendo desde atrás a la realidad en la carrera de la historia. Lo que dice Juan es la realidad de un hachero en la provincia de Entre Ríos, y llega tarde a su prevención, quizás a la de otros. La novela fue escrita entre 2010 y 2017: pasaron un montón de hechos, entre ellos la muerte de Fabián Tomasi, emblema de la lucha contra los agrotóxicos, y la aprobación a la cual usted hace referencia.

Y ese “se está yendo al carajo todo”… quizás era una sensación de época personal. En cuanto a lo textual, la novela cierra el primer capítulo así:

“En la puerta de enfrente, sobre calle Laprida, antes de despedirse, Camilo dijo: ‘Espere, hermano, ahora recuerdo como comenzó la charla. En el titular de la noticia, donde decía: Cierran escuela por baja matrícula, tendría que decir: La frontera de la soja se come todo, hermanito, porque el cultivo subió de nueve mil hectáreas, que eran a principios de 1970, a hoy, que ya estamos pasando los diez millones’, y el sol alumbró en las caras de todos los transeúntes que con anteojos negros, uniformados, no podían ver el resplandor de la verdad; eran almas monocultivadas que caminaban con cuerpos sin oídos, destrozados, y con auriculares puestos para no escuchar el mediocre coro desafinado de bocinas, dirigido por los conductores de automóviles chocadores, en la cultura reciclada del Central Park. José anotó su dirección en un papel, aclaró que a veces no tenía tiempo ni para afeitarse, y se lo entregó. Camilo lo guardó, refregó sus manos y prometió que se volverían a ver”.  

El primer capítulo es el más duro, digamos, porque es donde se intenta seducir al lector para que entre y pase por un umbral, entre la realidad y otra realidad. Escrito para tocar, y entonces, si para usted yo le contesto desde la segunda gauchesca, le digo: escribir con mucha investigación, que es similar a la memoria, y desde allí estirar la imaginación hacia una escritura que se encuentre a mitad de camino entre la realidad y la realidad posible que plantea el texto, que sería similar a decir sociedad posible y más humana, más poética.   

 

Fuente: https://tyingknots.net/2022/02/interviewing-mario-daniel-villagra/