BLOG DE LUIS ALBERTO SALVAREZZA
Está en línea el blog del escritor Luis Alberto Salvarezza denominado "Escritor enterrriano", donde pueden leerse poesías y ensayos de su autoría.
Salvarezza nació en C. del Uruguay, Entre Ríos, en 1957 es autor de “De los Itinerarios” (1997), “Cuatro Fotografías” (1998), “Arte y Memoria” (2007), “De los Hallazgos” (2008), “ Dos poetas y un pintor” (2009) y “Apuntes de Viaje” (2011), entre otros.
Reproducimos de ese blog su ensayo "Vuelos"
Por eso toda la provincia se puebla de sonidos, de esa “fina juglaría”, según el decir de Sofía Acosta[1], y se las escucha, entre otros, aflautar, ajear, arrullar, cacarear, cantar, cantalear, carretear, castañetear, chillar, chirriar, chuchear, crascitar, croajar, crotorear, cuchichear, gañidar, garritar, gemir, gorgoritar, gorjear, grajear, graznar, gruyer, guglutear, hablar, parpar, piar, pipiar, piolar, silbar, sisear, tamborilear, titar, totear, trinar, trisar, trompetear, ulular, urajear, voznar y zurear.
Se puebla de colores como una paleta, jardín o arcoíris y de mágicos, planeados, batidos, a pique, en V, veleados, estacionarios, enredados, verticales vuelos. Creando esa atmósfera simbólico espiritual a la vez que un homenaje a la vida, a la libertad o al deseado gozoso sueño de volar o alejarse de lo terrenal, de lo proteico, en busca de ascensión, de cielo en definitiva.
El águila cae a pique sobre la historia y se levanta hecha símbolo. En el ámbito literario abre sus alas o cierra sus garras con recurrencia en la obra de los poetas entrerrianos que oscilan entre el romanticismo y el modernismo, o aquellos que continuaron adheridos a sus manifiestos y temáticas y calificamos de tardíos.
Entre otros poetas la nombran:
“desde la blanca cima inaccesible/ do el águila aletea”[3] - Damián P. Garat .
……………………………………………………………………………………….
“Allí es el columpio del águila inquieta/ que sube atrevida, cual joven poeta,/ buscando los rayos de luz celestial”[4] - Olegario Víctor Andrade
……………………………………………………………………………………….
“y un águila de luz sobre mis ruinas”[5] – Alfredo Martínez Howard
………………………………………………………………………………………..
Pero es Delio Panizza quien permanentemente la hace volar y sobrevolar sobre su poesía, sobre el espíritu epopéyico que la sostiene; tal vez porque sabe que es un ave solar (brillo, claridad viva, luz y antorcha), estandarte y emblema de poder, lo guerrero, lo visionario y la agudeza (mirada y pensamiento de águila) y las tempestades. Sabe que representa el triunfo del espíritu sobre la materia, la renovación y la justicia. Que es conductora de las almas más allá de otras significaciones.
Al abordar nuestra historia, manifiesta: “…despliega el ala asustada/ la multitud montaraz,/ y el águila y la torcaz,/ el cardenal y el jilguero/ lanzan su grito agorero/ en un alerta tenaz…”[6] por eso al pasado que se aleja no hay que tornarlo en porvenir ni en presente, conservarlo como pasado, amarlo, y poner sinceridad cuando adornamos sus dinteles…”; estarse alerta ante la muerte.
“Es preciso ser águila fornida/ y no paloma cándida…”[7], ya que entre los hombres, entre los muchos que ostentan poder, encontramos: “¡cóndores reducidos a gorriones…! / ¡águilas achicadas a caranchos…!”[8].
En el extenso poema “Victoria” que escribiera para homenajear el centenario de la gesta de Caseros (1852-1952) aúna a “la paloma y el águila” sin establecer la antítesis del poema anterior sino una mixtura: “Allí estuvo de pie la entrerrianía / allí se unió el ensueño con la hombría /la paloma y el águila de acero”[9].
Y aunque pareciera una contradicción, Panizza sabe que por la paz a veces necesitamos de la guerra, necesitamos combatir o “quitar de raíz la oscuridad de la maleza”, a la vez que es consciente del significado de esa ambivalencia de la que también se condena al águila, sin embargo se atreve a que “mostremos, garra y ala, ser águila y paloma, / porque es el deber de todos combatir el mal”[10] o “Hay que lanzar el verbo sobre el orbe/ como un águila ardiente”.[11]
Idea con la que insistirá en muchos texto de su frondosa obra: “en la vida/hacen falta las alas y las garras;/ tal vez por eso el canto del poeta/ es contradictorio: pluma y hacha”[12].
Por eso el hombre para permanecer o volver después de la muerte deberá cultivar algo trascendente que brillara “como el águila hermosa de mi selva…!”[13]
Hace referencia desde los ideales patrióticos simbolizados en la bandera por ser libres de ajenas opresiones: “derrumbaste el andamiaje/ de la vieja autoridad/ practicando libertad/ como un águila salvaje”[14]
Sinónimo de poder y gloria:
“…ve en aquella águila de oro/ como un preanuncio de gloria”[15]
Aunque a veces quedemos como quedaron los matreros:
“Desbandados como águilas caudales/ en medio de una bárbara tormenta;/ acorralados con pasión hambrienta/ desde los cuatro puntos cardinales”[16]
A Cesáreo Bernaldo de Quirós, su amigo, le expresa: “ el águila caudal de nuestros montes/ surca por ti los vastos horizontes/ afirmando sus garras y sus alas…!”[17]. Ese contagio y entusiasmo por “mirar de frente al sol como lo hace el águila”[18]. lo lleva a brindar por el “jubiloso artista”, por el “Maestro y sus sueños”: “…en un himno imperioso de zorzales, / en un salmo glorioso de calandrias”[19].
En la “Letanía XLIV” establece otra antítesis, ahora entre lo que hay aquí y lo que hay allá; aquí, sobre las históricas cuchillas de su tierra entrerriana, “galopa el sol en su ligero corcel / de alados remos y de crines blancas…”, allá, “…por las alturas inefables/ del amor (…) – agrega - vuela mi pensamiento/ sobre su águila azul de blancas alas…”[20]
En el poema sobre el Palacio, titulado “San José”, dedicado al poeta Antonino Lamberti, que integra su obra “De tierra Adentro” expresa: “Como águilas altaneras/ empinadas sobre el monte, / se ven en el horizonte/ sus dos torres con troneras”[21]
Para finalizar transcribamos este verso definitorio del que podemos extraer otras asociaciones: “Sé de la paloma pero más sé del águila”[22]