EPV EDITÓ "MONTE ADENTRO" DE CLARA ISABEL MARSILLI

 

 

Editado por Ediciones Panza Verde (EPV),  "Monte Adentro" es un libro de cuentos de Clara Isabel Marsilli. La autora nació en en Chajarí, Entre Ríos, en el año 1946; a los 5 años de edad llegó con sus padres y hermanos a una zona rural dependiente de San Jaime de La Frontera, Entre Ríos, donde paso su niñez, adolescencia y parte de su juventud. De esa época son su mayor producción de poesías y cuentos. Actualmente reside en Concordia, Entre Ríos.

 

En 1962 gana su primer premio en un concurso con "Consejo criollo" poesía. Escribe para radio, publica poesía y cuentos en diarios y revistas. Trabajó durante 30 años en la Municipalidad de su pueblo, llegando a pertenecer a la Comisión Municipal de Cultura y Acción Social, entre otros deberes.

De su producción son "Con alas y sin pañuelos" libro de poesía; "San Jaime y su Historia", historia y rescate cultural de San Jaime de La Frontera.

Este libro -leemos en su contratapa- es un canto vivo a la naturaleza en toda su magnitud. Así mismo, un homenaje a los hombres que sostuvieron la dura lucha de sobrevivir en  un hábitat tan distinto al nuestro de cada día. El amor a  la tierra y a su gente, mueve a la autora a adentrarse en todos los matices del monte. Como dice Emma de Cartosio "…alguien debe ser el ojo que escudriña y va inventando…" Así, sobre hilachas de realidades, nacen estos cuentos y romances.

Querida Clara: Tu cálido libro refleja en sus páginas nuestro paisaje -escribe en el prólogo Rosita Vidoni de Balcaza-, y a los hombres y mujeres que lo habitan. Abundan en estos cuentos personajes que nos resultan familiares, como "El Chula"  que estaba solo y sin nadie, pese a vivir apretujados en el rancho con tíos, primos y abuelos. O como "La Orillera" que brindaba amor a  cambio de galleta y mate cocido para sus hijos.

Sé del esfuerzo  que demanda la publicación de un libro de cuentos y poesías,  es por ello  que quiero felicitarte por partida doble, por tu empuje y por la autenticidad de tus paginas, pues a través del lenguaje sencillo logran que el lector se sienta identificado con los personajes que son en definitiva, reflejos del hombre común al que este libro homenajea cabalmente.

Por  ultimo, gracias por seguir apostando a la literatura regional, en este tiempo plagado de pantallas globalizadas y por seguir trabajando con el lenguaje que quizás sea la creación más alta de los hombres.

Cuentos y poemas costumbristas de "Monte adentro": Hermano; Monte adentro; Hacha en cruz; Orillera; Arreando sueños; Chúcaro; El Chula; Sapucay; Sapucay, cuento; El aviso; El cazador; Cuando la tarde era una sombra apenas; Consejo criollo; Campo viejo; El lobizón; Contrayerba; La leyenda; Si que las hay; Amor, ginebra y sangre; Sangre gringa; y Gringo chacarero

 

ARREANDO SUEÑOS

El otoño llegó también a "Los Alamos" y como siempre trae consigo, mucho trabajo.- Sembrar  más forrajes, recorrer los campos, reparar alambrados... La peonada no para; hay alegría y voluntad en el trabajo y, todo mérito de la patrona que supo ganarse la admiración y el respeto. Por eso, Juancho se va seguro de que todo va marchar bien, como siempre, y su presencia está de más.- El y su corazón que le jugó una mala pasada, están de más.

-¿Por qué? -preguntó la patrona- ¿Por qué se va, Juancho?.

Pero como iba a decirle... No, nunca! "Los Alamos" había sido su casa durante años.

Creció con ella, y se hizo hombre en sus campos.

Costaba irse...Adelante, los pajonales le traerían la soledad donde él se iría perdiendo despacio.

Atrás, quedaban treinta años apresados en el recuerdo. Los árboles, los perros, el relincho de los potros... "¿Por qué se va, Juancho?" -la voz de la patrona-, y unos ojos claros que aprendió a querer durante años.

Pero... ¿cuándo lo supo, hacía unos días? Tal vez no, tal vez harían treinta años.

El agua de los manantiales tenía sus ojos; sobre los campos de trigo tendía el viento su pelo lacio y, el monte, entre las hojas, interpretaba su canto.

La cuidó como se cuida el pan sagrado.

Era criollo.- ¡Criollo y macho!.- Y la hubiera defendido con su daga y con su vida, de haberlo necesita do.- Y lo fue haciendo de a poco.- Fue regando con sudores la inmensidad de los campos.- No conocía la fatiga, y si algo de eso había, lo compensaba la sonrisa que recibía en "Los Alamos".

¿Por qué se va, Juancho?...- sentía la pregunta, la voz, adherida a su costado.- Lo mismo decían los peones, los compañeros de años.

Él sabía que en sus adentro, más de uno habría pensado -"¿qué tendrá el Juancho?"-

Y que iba a tener, sino dolor de años.- Ese dolor que de repente vio tan grande ¡como nunca  había pensado!.

Él había soñado cosas.... Lo que es la vida, ¡si hasta de que era sólo peón se había olvidado!

Pero  ahora, con llegada de aquel hombre, lo vio de pronto, tan claro.

Sigue la siembra, la trilla, el arreo de ganados. Sigue la vida, como siempre, en "Los Alamos".

El pajonal lo espera y por él se adentra despacio.

Una última mirada hacia atrás...."¿Por qué se va, Juancho?" -le parece sentir la voz...

Dentro de dos días se casa la patrona... y... él... está demás en el pago.

 

Clara Isabel Marsilli