PLIEGOS DE POESÍA del CLUB DE LETRAS DE ENTRE RÍOS

 

REENCUENTROS DE CUARENTENA: PLIEGOS DE POESÍA del CLUB DE LETRAS DE ENTRE RÍOS

Por JUAN MANUEL ALFARO, tomado de https://www.facebook.com

(Especialmente destinado a quienes se interesan en la historia de nuestra literatura o en la humilde “circulación” de la poesía y su afecto a los papelitos, a las paredes, a todos los soportes posibles)

En noviembre de 1968, el CLUB DE LETRAS DE ENTRE RÍOS inició la publicación de los PLIEGOS DE POESÍA: una modesta cartulina de 25 cm. de alto x 22 cm. de ancho (hubo, incluso, algún pliego que fue de menores proporciones). El Nº 1 estuvo dedicado a Daniel Elías, y el 29, que fue el último que apareció (en 1981, sin consignar el mes), al Dr. Raúl C. Borruat.
No quedan registros de quiénes integraban el Club, pero sabemos que sus gestores y directores de los Pliegos fueron Segundo Luis Gianello y Vicente Julio Federik.

A partir del Pliego Nº 9, figura como Director Segundo Luis Gianello y la dirección postal España 260, de Paraná, la misma que se consignaba en los números anteriores, lo que hace suponer que fue siempre Gianello el Director (o sea, de 1968 a 1974) hasta que, en el Pliego 26, que aparece en 1978, pasa a ser director Vicente Julio Federik, y la sede a Salta 31, lo que se mantiene hasta el último número, el 29, en 1981.

Al principio, el propósito del Club era publicar, sucesivamente, un poeta “consagrado” y muerto, un poeta vivo y ya con ciertos “reconocimientos”, y un poeta joven.

Es así que a Daniel Elías (muerto), le siguió Eugenio Rebaque Thuillier, que había nacido en Nogoyá, en 1895 y, por entonces vivía y había publicado un libro de poemas y, según se consigna en los datos que aparecen en el pliego, exclamaba, con frecuencia “sueño, canto, ¡luego existo!”; y el tercero, que completaba la idea de la serie, (el joven) fue Danilo Héctor Di Persia, nacido en Paraná, en 1944 (murió en Santa Fe, en 2015), poeta y profesor de Ciencias Naturales, ya conocido en esa época no sólo por su poesía, sino también por haber fundado varias revistas literarias, de vida efímera, entre ellas “El grillo”, publicación de poesía ilustrada que apareció, precisamente, en 1968. Años después, Di Persia publicaría su libro de poemas “Con el hombre adentro” y crearía las ediciones E.J.E. (Escritores Jóvenes Entrerrianos) que, entre otras obras, editó en su colección “Poesía para compartir”, en 1982, “Hay mucho que la nombra”, una breve antología personal del poeta Carlos Alberto Álvarez.

Los dos primeros Pliegos del Club de Letras aparecieron en noviembre y diciembre de 1968, respectivamente, lo que hace suponer que la idea era una publicación mensual; pero en 1969 sólo se editan dos números, sin precisar el mes: el de Di Persia y el Nº 4, dedicado a Galo Zaragoza, quien había muerto en 1965. En este pliego, en el que se reproducen cinco poemas, se destaca “Yo quiero este paisaje de Bajada”, naturalmente bello, despreocupado de los esmeros retóricos de otras composiciones del poeta diamantino: “Yo quiero este paisaje de Bajada / con sus ranchitos y su caserío / y el rumor de la suave marejada / que viene desde el río (…)” (Este poema, sería musicalizado, años después, por Jorge Méndez e incluido en su trabajo “Destinos luminosos”).

En 1970, aparecen 8 pliegos (números 5 al 11), dedicados a: Valerio Ramón Pérez (Nogoyá, 1909), Amaro Villanueva, quien había muerto en agosto de 1969, Segundo Luis Gianello (Gualeguay, 1919); Carmen Segovia García (Paraná, 1898 – 1964) (adviértase que el “cupo femenino” se cumple recién en el Pliego Nº 8), Vicente Julio Federik (Paraná, 1912), Guillermo César Saraví (Paraná, 1899 – 1965) y Carlos Alberto Del Mestre (Paraná, 1917). Como puede observarse, el propósito “tripartito”, sólo se cumplió en la primera serie (Aquí, sólo hay “jóvenes de otrora”). A partir del Pliego Nº 9, vuelve a indicarse el mes de la publicación (octubre 1970).

El Pliego Nº 11, diciembre de 1970, es, quizás la única publicación que se conserva (al menos, la única a la que he tenido acceso), de Carlos Alberto Del Mestre, lo que le confiere una significación especial. Vi una vez, en los años setenta y en un bar de Paraná, a este singular personaje que, según los datos consignados en el Pliego, había nacido en la capital entrerriana en 1917, y su escuela era “casi total en lo que Raúl González Tuñón denominó “cultura de andén” (…); “excursionó por el periodismo, pero pagado “(…) “ha producido prosa y poesía” (…) y “odia la versificación”. La información concluye con un “Soporta en Boulevard M. Moreno 78 y casi nunca está”. En cuanto a sus méritos poéticos, transfiero la responsabilidad de la apreciación al lector. He aquí un fragmento de “Otoñal” (…) “Mas los sueños / se mueren de repente / y a esta hora del libro y de la copa/ se comprende que todo aquello nuestro, / en el presente, / solamente es espectro… // (pertinacia de adorar / ídolos de sentimientos, / ataúdes de ternura, / esqueletos de bondad, / podredumbre de recuerdos!...) // la noche / volcó el tintero / sobre ese mi cementerio”.

En 1971, aparecen 9 Pliegos (al Nº 12 nunca pude localizarlo), el 13, Luis Sadí Grosso (me comentó alguna vez que él había elegido ese número, porque nadie lo quería); 14, P.J Jacinto Zaragoza; 15, Rosa María Sobrón de Trucco; 16, Reynaldo Ros; 17, José María Gangli; 18, Darío Valentín Rossi; 19, Marcelino M. Román, y 20, Amalia Aguilar Vidart de Seguí.

En 1972, nada.

En 1973, el Nº 21, Daniel D. Albornoz.

En 1974, el Nº 22, Antonio R. Gamboa Igarzábal; el Nº 23, Emma Barrandeguy; el Nº 24, Zulma C. Geller; el Nº 25, Rogelio O. Sandiano;

El Nº 26, aparece recién en 1978, María Susana Rubio de Antelo;

El Nº 27, en 1980, Alicia Gericke de Etchegorry; el Nº 28, Julio Alberto Federik

Y en 1981, el Nº 29, Dr. Raúl C. Borruat

Hoy, quizá parezcan nada. Pero hace poco más de medio siglo, cuando se formó el CLUB de LETRAS de ENTRE RÍOS y se iniciaron sus publicaciones, el acceso a las ediciones era muy limitado y no se tenía la variedad de soportes textuales con que contamos en la actualidad. (Para la impresión de los Pliegos, el Club de Letras contó con la colaboración de la Dirección de Cultura de Entre Ríos y de la Secretaría General de la Gobernación, alternativamente y, en un caso, ¡de ambas!) De allí la importancia de estos modestos Pliegos que contribuyeron a la difusión de poetas entrerrianos y, como vimos en el caso de Del Mestre -que podría ampliarse con otros nombres- llegaron a constituirse en el único material impreso del autor.

Pero, además, y ya tratándose de poetas de amplio renombre, de reconocida trascendencia entonces (o alcanzada posteriormente) e indudable vigencia en estos tiempos, los Pliegos de Poesía brindaron textos inéditos o inhallables y que, sólo vieron la luz en ediciones realizadas varios años, e incluso varias décadas, después.

Como es el caso de Daniel Elías (el Pliego inaugural, de 1968, incluía cinco sonetos de “Las alegrías del sol”, publicado en 1929, a un año de la muerte de su autor, que había nacido en 1884), cuya Obra poética apareció en 2013, en edición conjunta de la U.N.L. y la U.N.E.R., o sea 45 años después.

O los poemas de Amaro Villanueva (1900 – 1969), de “Versos para la oreja” (1937) y “Son sonetos” (1952) que conforman el Pliego Nº 6, y que recién se reeditaron en sus Obras Completas publicadas por la U.N.E.R., en 2010.

O algunos poemas inéditos de Guillermo Saraví (1899 – 1965) (Pliego Nº 10), entre ellos “Silencio”, de su libro Tarde antigua que aparecerá en la Colección “Homenajes” de la Editorial de Entre Ríos, en 1999.

O de Luis Sadí Grosso (1921 - 2008), Pliego Nº 11, que recién serán publicados en el 2000, en su Obra Completa.

Y aún más significativo es el caso Reynaldo Ros (1907 – 1954) que, salvo en la antología Entre Ríos cantada, de Luis Alberto Ruiz (1955), de no fácil localización, los únicos poemas suyos a los que se podía acceder, entonces, eran los seis que integraban el Pliego Nº 16, aparecido en mayo de 1971. Recién en 1990, la EDUNER publicará una selección de su obra, con el título de uno de sus poemas, Islas en la lluvia.

Hoy quizá parezcan nada, pero en los deslucidos colores de estos modestos cartoncitos plegados, en algún momento de nuestra avidez por la poesía de Entre Ríos, encontramos junto a estrofas y nombres que se diluyeron en el tiempo, versos que nos conmovieron e iluminaron y, tal vez, contribuyeron a acrecentar el interés en la búsqueda interminable de toda la poesía.

Por eso creo que esta “exhumación” no sólo es resultado de los viajes interiores de la casa y la memoria, en esta imprevista cuarentena, sino también la concreción de un postergado reconocimiento a Segundo Luis Gianello y Vicente Julio Federik y a quienes, sin quedar en los nombres, compartieron los esfuerzos y los entusiasmos del CLUB DE LETRAS DE ENTRE RÍOS.