DESPUÉS DEL TRIUNFO

Abrir el corazón, verter sin tasa

el perfume y la miel;

arrostrar la mirada indiferente

de las turbas sin fe!

 

Todo eso, ¿para qué? ¡Para que algunos,

con grosera avidez,

le claven los anteojos a la autora

y la aplaudan después!

 

¡Si eso es triunfar, la gloria es el martirio,

la gloria es la embriaguez!

¡Vale más la sonrisa de mi madre

que el más rico laurel!