7 poemas de Equilibrio

Equilibrio

Seguí trabajando 
y hacelo bien
si no sos capaz 
quedate acostado.

Hacelo bien
y quedate acostado
si no sos capaz
seguí trabajando.

 

31

Desplazarte con los ojos abiertos
mirando hacia arriba
en búsqueda
de los pedazos de cielo
que la ciudad todavía no devoró
es un juego infantil
que inventaste para distraerte.
La mano que te sostiene
obliga a bajar la cabeza cada tanto
para que no te olvides
de que el juego consiste
en levantar un pie, luego el otro
con los ojos abiertos
mirando hacia arriba
sin perder el equilibrio.

 

36
Tengo los párpados pegados
es de mañana
tenés que irte
porque uno de los dos
vive
mientras el otro piensa.
Logro abrir los ojos
y encuentro dos planetas
que brillan con admiración.
Te alejás
pero seguís mirando
mi cuerpo.
Empiezo el día
poseído
por una tranquilidad inquebrantable.

 

48
 

Hay movimientos
exteriores
hay movimientos
interiores
igualarlos sería
alcanzar el equilibrio.

No hay forma
no hay detención
no podemos dejar
de movernos incluso
cuando nos quedamos quietos.

 

53

Estoy tan ansioso
por verte llegar
que estés quieta
que estemos quietos
sin más andar desplazándose
estoy tan ordenado
el tren llega a la hora exacta
el tiempo del trabajo
coincide con el amor
la vagancia ya no es un problema
estoy tan extasiado
que la droga y la noche
me parecen pobres
me esforcé tanto para esto.

 

49

I
Existe una correspondencia
entre el mundo exterior
y el mundo interior
la equivalencia
entre ambas
es el equilibrio.

II
Si me desplazo demasiado
en el mundo exterior
pierdo el equilibrio.
Si me quedo quieto
en el mundo interior
pierdo el equilibrio.

III
Si pongo un pie en el mundo exterior
y otro en el mundo interior
falseo la pose.

IV
Para alcanzar el equilibrio
es necesario
desplazarse y quedarse quieto
en los dos mundos.

 

57

Me enrosco
entre las sábanas
así me dejaste
tengo un olor asqueroso
en todo el cuerpo
y la boca con gusto a medicación
no estoy cansado
no estoy borracho
dejé todo menos lo que ya sabés.

no sé para donde vas
los dos estamos
en tránsito perpetuo
con la vista puesta
entre el camino y el horizonte.

yo vengo de un lugar
que niego por conveniencia
yo vengo de un lugar
que era el paraíso.