LONDRES

He tocado levemente la piel de un rostro en la niebla
lo he tocado sin saber que lo hacía y sin embargo la
                      mano
esta mano que dicen es la derecha que hace y deshace
ha sentido que la piel era un aviso de otra piel sin niebla.
He tocado el roce, su piel exacta, la meticulosa
identidad de lo oscuro y la luz, la certeza de la paradoja.
Llevo en mi mano que dicen es la derecha que hace y
                       deshace
algo más que otra piel otro rostro el límite de la materia
porque entre aquella certeza y la mía se establece el roce
y ya no existen los fantasmas móviles que interfiero
que me interfieren que se denominan criaturas y cosas.
Voy por la ciudad y nieve responsable de una piel diferente
de la mía la tuya la de tantos dispersos en el tiempo.
Hoy he tocado algo más que un rostro en la niebla.
 
 (De: En la luz de París, 1967).