LAS ARAÑAS DE MR. ROBERT LOWELL

Nunca sabré cómo se sustentan en el aire los

grandes trasatlánticos llenos de pasajeros que viajan de un

continente a otro sobre el mar sobre las ciudades y tampoco

cómo las arañas de mi jardín sin turbinas o reactores transportan

esos hilos suaves donde quedan atrapadas las (tontas) moscas

y las miradas de los distraídos.  Más o menos como en un poema

(un infierno musical del Bosco)

o la traición de estas apariciones.  ¿Y quién ignora

cómo puede soportar el pecho del hombre

por qué tiempo la ausencia del amor o el reposo del fuego?

No obstante sentimos la atracción de los turistas

en los aeropuertos, como leves arañas.  ¿Volar entonces?

¿o apenas sumergirnos en la telaraña con nuestras

ignorancias urgentes?

 

Espero que mi fotografía póstuma mi cara

doméstica detrás de los anteojos

no me condenen ante ustedes por todo esto que ignoro.