UNA GRAN CONSTELACIÓN NOS ATRAE

 

               En este libro sobre el comportamiento musical de los espacios infinitos

       al finalizar 1979, año de Cristo, debo sostener con los científicos

       de la universidad de los Ángeles que

                   “la tierra y la Vía Láctea se está desplazando

                    a través del espacio / a millones de kilómetros

                    por hora / al parecer atraídos por la gravedad  de una

                    gran galaxia / la supergalaxia”.

       Si eso es verdad este globo terráqueo

       que recorría antiguas aventuras en erróneos salones

       como un vampiro jubilado ya no besará / el cuello pálido

       de las enfermas góticas.

       Lamentablemente

       vamos hacia un agujero cósmico.  Felizmente vamos

       envueltos en la música de los astros

       al compás del violín de Yehudi Menuhin que escuchamos en Londres

       porque a mí también,

       el silencio de los espacios infinitos me aterra.