MARATÓN DROMEDARIA

Crecen hacia una forma visible

un rumbo suave 

horas que por destinación: 

quietudes           o  

maneras que innovan premisas

y exhortan a la intimidad su elemento.

 

La cercanía es un extravío que maniobra escarmientos 

o la conveniencia de la carne en las pupilas           

luego de cada embate

                                  que todo en su cada lugar

atender                     

           cansancios y longitudes           

a galope de la mañana viniendo 

abnegada en sus predilecciones

yendo sobre la inmediación de los cuerpos

a las patas de un camello ígneo 

sumido en minuciosa deflagración el ébano de imposibles taraceas      

en esa y no en otra

                            quietud                   

orbitar y           fundamentar 

las bocas y escrutar 

con la punta de la lengua cada pieza dentaria   

agarrando a las muelas el lejano aullido recién llegado en cadenciosa elegía 

en la inédita entropía de dos cuerpos inéditos

dilatados en conclusión de sudores

horas trance

horas tren

viaje al centro ajustado de la trenza

en la convicción de haber 

apenas

llegado hasta acá en copulaciones geométricas
expandidos en deleitación de combinaciones corpóreas  
en la dilación de las clausuras anticipar cada pulsión y proponer

mecánica de trenes imantados
sinergia de las curvas en peralte  

unos sobre otros inclinados los libros de un estante 

cipreses creciendo en el ascenso de tu nuca     

en la clara de mi mano donde el sueño táctil 

sabrá nombrarte al calor del polisémico lenguaje 

las conspiraciones y anuencias
el ensamble de coronas dentadas
roldanas y poleas y toda la maquinaria verbal ceñida a finalizaciones abiertas    

partidas irreductibles 

camellos maratonistas 

tropilla de crines blancas y negras 

caballos dorados y una fábrica de futuros

la caravana que duerme a nuestro lado           su maratón dromedaria

la caravana

camarada  

la caravana.